Churata,
Gamaliel. La resurrección de los muertos.
Alfabeto de lo incognoscible. Edición y estudio introductorio de Riccardo
Badini. Lima: Asamblea Nacional de Rectores, 2010. 862 pp.
La resurrección de los muertos es el segundo volumen de la
enciclopedia del conocimiento humano de
dieciocho tomos que Gamaliel Churata (Arequipa, 1897- Lima, 1969) planeaba
publicar a lo largo de su vida. El pez de oro (1957) fue el primer y único tomo que
circuló cuando Churata estaba vivo. Salió a la venta cuando residía en La Paz Bolivia. Su proyecto intelectual de carácter definitivamente decolonial tenía el título de Alfabeto de lo Incognoscible
y estaba constituido con otros criterios para promover nuevas síntesis de cuerpos
de conocimientos occidentales e indígenas. Churata quería crear una enciclopedia
alternativa a la de Denis Diderot y Jean Le Rond D’alembert del humanismo
francés del siglo XVIII. Su misión era emprender la decolonización del saber andino. Para lograr este objetivo, en los dos
tomos de su enciclopedia, incorporó cosmologías, epistemologías y ontologías aymaras,
quechuas en combinación con el pensamiento antirracionalista europeo (la
fenomenología, el psicoanálisis, el existencialismo). Asimismo, confiaba en que
la poesía y el teatro podían comunicar conocimientos, de manera similar al
ensayo o al artículo científico.
Resurrección de los
muertos era un manuscrito perdido hasta que Riccardo Badini lo encontró en manos de los herederos de Gamaliel Churata. La edición crítica del libro de Churata realizada por Badini se constituye también en edición príncipe. Junto a su estudio introductorio y trabajo de editor crítico, el libro contiene esclarecedores
prólogos de Ricardo González Vigil y Antonio Melis. Asimismo, un colofón de
José Luis Ayala, titulado “Churata en la cultura universal” narra detalles
sobre el retorno del autor de El pez de
oro a Puno en 1964. Las mil treinta y una notas a pie de página de la
edición crítica de Badini ayudan a
entender los juicios de Churata sobre los pensamientos europeo, aymara y
quechua de su región. Badini demuestra que Churata era un lector autodidacta
voraz que leía todo material escrito de su biblioteca personal y de bibliotecas públicas. Estaba bien informado del proceso y tradición filosófica y
científica europea desde los griegos hasta su época. Para aclarar ciertas nociones e información Churata
también utilizaba fuentes secundarias no académicas como el almanaque Bristol y el Reader’s Digest. Asimismo
estaba al tanto de los acontecimientos de su época que se difundían por los medios masivos de comunicación. Su referencia histórica más
tardía es el asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy el 22 de
noviembre de 1963 (p. 578). Por esta referencia se puede decir que La resurrección de los muertos seguía en proceso de escritura hasta por lo menos 1964, año
de retorno de Churata al Perú luego de treinta y dos años de exilio en Bolivia.
También las notas a pie de página de Badini dan luz sobre el uso de arcaísmos
del español andino, extranjerismos, aymarismos, neologismos y quechuismos de la
escritura de Churata.
En
La resurrección de los muertos se
comprueba que Gamaliel Churata es un precursor de los pensamientos postcolonial
y decolonial cuando lleva a cabo una crítica de los efectos de la colonialidad
del saber y la colonialidad del ser del eurocentrismo en la región del sur
andino. Según Churata, la colonialidad del poder de la empresa colonizadora
española en los Andes, que empezó en el siglo XVI y fue heredada
por las elites criollas durante el periodo republicano, ha justificado
procesos de modernización excluyentes con la aplicación del racismo. En este sentido, las modernizaciones
capitalistas han dejado de lado a los aymaras y quechuas del sur andino de los
beneficios que podrían traer para toda la población de esta región. Para
legitimar su exclusión y explotación los grupos de poder han considerando que
los saberes aymaras y quechuas son
inferiores al conocimiento europeo y norteamericano porque son producidos por una
raza inferior que tiene incapacidad de
razonar.
Gamaliel
Churata, más allá de sus alusiones al racismo de la conquista, la colonia y la
república, hace una crítica de la colonialidad del saber europea. En esta sentido desmonta la epistemología del eurocentrismo (pp. 193-194)
esbozado líneas arriba. Desde un lugar de enunciación (altiplano) da respuestas
a aquellos asuntos que no puede resolver la epistemología europea (alfabeto de
lo incognoscible). Su crítica epistemológica se opone a los esfuerzos de llevar
a cabo el epistemicidio de las culturas aymaras y quechuas del altiplano
peruano y boliviano desde la conquista hasta las primeras décadas del siglo veinte. Se sabe que el
epistemicidio tuvo dos sentidos. Primero los colonialistas intentaron matar literalmente
el saber andino con campañas aculturadoras tales como la extirpación de
idolatrías, evangelización, alfabetización en castellano, etc. Segundo,
consideraron al altiplano un lugar muerto desde un punto de vista
epistemológico por no producir teoría y/o conocimiento científico. Con el
título de resurrección de los muertos lo que está diciendo Churata es que
existe una cultura viva en el altiplano. Los aymaras y quechuas piensan y producen conocimientos de otras maneras. El autor de El pez de oro es su portavoz que pone en marcha su propuesta decolonizadora
La
crítica epistemológica de Churata se puede llamar también un pensamiento crítico
fronterizo. Por un lado incluye en su propuesta decolonial saberes de aymaras y
quechuas y sus formas peculiares de producción. Por otro lado recupera
conocimientos y formas de producción europeas que fueron subordinadas o
subalternizadas por la epistemología dominante europea que vendría a ser el
idealismo racionalista. Para ser más precisos, Churata considera que en su teoría del conocimiento la
producción del saber no es individual sino colectiva y que la forma de
producirla es a través del diálogo verbal y no la lectura de escritura alfabética. Por esa razón La resurrección de los muertos tiene una estructura teatral en la
cual un personaje llamado el profesor analfabeto discute con Platón, y son
interrumpidos por unas voces que pronuncian su apoyo al profesor analfabeto y
también enuncian sus puntos de vista sobre los asuntos discutidos. También se
encuentra el personaje Khori-Puma que hace
comentarios filosóficos e introduce sus opiniones. Por cierto, si bien esta producción dialógica de cultura
(colectiva y verbal) ha sido practicada
por los aymaras y quechuas, occidente también la tenía con Sócrates y la mayéutica.
Churata menciona al filósofo griego y su método de hacer filosofar a sus
discípulos varias veces. Estaba tan impresionado por el método socrático que le
puso el título de Mayéutica a otro de los tomos previstos en su
enciclopedia.
Churata
también se pronuncia en contra de sujeto del conocimiento de la epistemología europea en relación a su
propia ontología y cosmología. El sujeto de conocimiento europeo es un ser
humano, en la mayoría de los casos varón, que se distingue de los animales, las mujeres, los no europeos y
naturaleza por su capacidad de pensar. Su
adquisición de conocimientos se da a través de un proceso racional que
privilegia el sentido de la vista ya sea en la visión de hechos o en la lectura
de documentos. Asociada a esta capacidad humana en la cosmología europea la
concepción del tiempo es lineal. En la dimensión temporal los seres humanos
nacen, crecen y mueren. Del mismo modo la naturaleza y los animales no razonan,
no se comunican y no tienen sentimientos. La mujer y los no europeos sienten pero no razonan. Sobre estos puntos, Churata sostiene desde una cosmología aymara
y quechua que la muerte no significa cancelación sino los que mueren se
encuentran en otro espacio. En ciertas ocasiones y lugares se puede entrar en
contacto con ellos. De allí que el título de su libro alude a los muertos que vuelven
o coexisten con el mundo de los vivos. Vivos y muertos no solo piensan sino
también sienten y conocen, con otros sentidos, como los animales. De esta
manera, Churata reflexiona sobre el hombre que no solo es un animal en cuanto
tiene las mismas necesidades básicas sino también deviene animal cuando pone en
juego sus otros sentidos. De allí que habla de conocimientos táctiles, olfativos,
aurales, que están asociados con sentimientos y emociones. Para argumentar
sobre estos puntos Churata otra vez recurre a la mitología aymara y quechua,
inventa personajes míticos y recupera el pensamiento vitalista europeo que
rescata la experiencia acumulada a
través de los sentidos no visuales.
Por
último, la publicación de la edición crítica de Resurrección de los muertos de Riccardo Badini hace ver la
contemporaneidad del pensamiento de Churata con los precursores del pensamiento
decolonial más conocidos, como Franz Fanon y Aime Cesaire. Definitivamente, los
tres pensadores leían las mismas fuentes europeas en su lengua original o en traducciones.
Mientras que los lugares de enunciación de los dos primeros se ubicaban en el
Caribe y sus reflexiones estaban teñidas por los legados de la esclavitud de
africanos, Churata lo hacía desde el altiplano andino incorporando las
historias, ontologías, epistemologías y cosmologías aymaras y quechuas.
Juan Zevallos
Aguilar
The
Ohio State University